Seguro que en más de una ocasión te has sentido así. Desbordada, queriendo llorar, gritar, desaparecer... Y, también más de una vez, habrás estallado. Lo entiendo. Somos personas, y por tanto cometemos fallos a diario, aun más con algo que nos enfrenta tanto con la vida, con nuestro pasado y con nosotras mismas como es la educación de nuestros hijos.
Sé que lo haces lo mejor que puedes. Sé que hay días que te faltan recursos, ayuda y paciencia. Sé que las etapas por las que pasan y los conflictos que tus niños tienen son realmente duras. Por eso te abrazo muy fuerte, y te digo que tranquila, que todo está bien. Mi propósito con este texto no es juzgarte. Todas hemos hecho estas cosas alguna vez, la primera yo. Solo llevo un tiempo reflexionando y quiero generar conciencia de todas esas veces que hacemos cosas que hacen daño y atacan directamente a sus derechos. Te pongo algunos ejemplos:
- Chantaje: les decimos que tienen que comerse todo el plato si quieren postre o que hasta que no acaben los deberes no iremos al parque. Estas negociaciones, bien hechas y con sentido, son útiles. Pero en muchas ocasiones no. En su cerebro, todavía menos desarrollado, el mensaje es: tengo que hacer esto para parecerte suficiente, para que me quieras. El amor que me des estará condicionado. Y el amor a un hijo (y ojalá a todo el mundo) debe ser incondicional.
- Amenazarles con dejarles de querer: ¡Dios mío! Todas hemos escuchado el: si no me das un besito no te quiero o Qué "tonto" está hoy el niño, así no te van a querer. Y es muy fuerte si nos paramos a pensarlo. Es muy fuerte que no nos quieran por un estado, normal en la mayoría de casos. Pero es que si nos lo dicen nuestros padres.... Son nuestras figuras de apego. De ellos depende nuestra seguridad, ellos son quienes cubren nuestras necesidades. Sois las personas más importantes de sus vidas. No les hagáis sentir eso, por favor.
- Hacerles "luz de gas" Esto es lo que llamamos típicamente "dar la vuelta a la tortilla" Hacerles creer que no han sentido lo que han sentido, que su reacción ha sido exagerada o que lo que piensan es erróneo. Pensar que nuestro "criterio" es el acertado. Lo que sienten es válido. Y si hay algún desajuste para eso estamos. Pero no podemos invalidarles ni manipularles. Ten en cuenta su edad, su desarrollo, si está pasando por un mal momento, cuál es vuestra relación...
- Reprimir sus emociones: invalidamos lo que sienten, les decimos que no es para tanto, que vaya tontería, que tiene cosas de niño chico, que no puede enfadarse por eso, que no llore... No podemos invalidar sus emociones. Las emociones no son racionales, por tanto, no son objeto de juicio en ningún caso. Pero si a esto añadimos que la emocionalidad, como el resto de partes de su cuerpo y mente, aún no está lo suficientemente desarrollada, imaginad. Tienen que tener espacios para expresar esa emoción. Tenemos que acompañarlos, escucharlos y darles lo que necesitan, sea pasear por la playa, pintar o llorar a moco tendido. Pues como hacemos los mayores. Sostener esa emoción, que sepan que estamos ahí para ayudarles a transitarla. Pero permitirle sentirla y reflexionar después, incluso tomar decisiones si fuera necesario.
¿Te suena? Me gustaría que, desde el amor a tu hijo y a ti, y solo con la intención de aprender cada día, no de juzgarte ni sentirte mal, te hicieras estas preguntas.
- ¿Le dirías a tu pareja que si no te regala rosas no le vas a querer?
- ¿O a tu amiga que acaba de perder el trabajo que está exagerando si se siente perdida?
- ¿Que no llore o se vaya al gimnasio para sentirse mejor?
- ¿Por qué se lo haces a tu hijo? ¿Qué te hacían a ti? ¿Debes trabajar y mejorar en algo?
Párate, conócete, sana y pide perdón. Habla con esto con tu pareja, amigas o, si lo necesitas, con un profesional. Si esto te resuena y te apetece que charlemos un ratito, ofrezco 30 minutos de llamada GRATUITA para conocer tu caso y ver cómo puedo ayudarte. Te dejo un enlace para que puedas ver más información sobre mis asesorías.
Te abrazo muy fuerte.
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